Un paseo ligero por la plaza

Cincuenta hombres de lo mejor entrenados. Cada uno de eso shombres valia por cinco. Eran altos, fuertes, rapidos y sus armaduras eran casi impenetrables. Caminaban por los callejones oscuros hasta la parte trasera del castillo. Habia unos cuantos guardias que calleron degollados.

-Vamos...por el lago.- dijo Antomus y entro lento por un lago que daba a una entrada al castillo. Se movian silenciosos. Callados como expertos casadores. Habi aunas rocas falsas que tumbaron apra entrar a las mazmorras del lugar.
-SH.....-dijo Antomus. Las mazmorras estaban en silencio y con cincuenta hombres de un metro ochenta un metro noventa empuñando espadas. -Vamos..-dijo Antomos y todos se reunieron.
Sefiro saco un mapa del castillo.
-Bien quiero dies hombres que cierren als puertas del patio para prohibir que los soldados entren...-Quiero 10 mas apoderandose de las torres y dando las señal al ejercito.
-los demas limpien el castillo de guardias. -Solo quiero a siete hombres conmigo...vamos por el rey.-dijo y se puso de pie el grupo se desiso como estaba planeado.

Ni mi padre ni yo podiamos dormir cuando habia problemas, el sabia que debia estar al tanto, el en vez de estar en su cama se la pasaba pensando en su despacho, yo estaba e cama pero no podia conciliar el sueño pensando en aquella conversación, sabia que dentro de poco se desataria una guerra.

Me levante de la cama y comence a mirar por las ventanas...de repente cerca de la mazmorra vi caminar algo o alguien, supuse que serian ellos, entonces sali corriendo de mi habitación a informarle a mi padre.

-Papa!- entrerepentinamente a su despacho. -Estan aqui, en el castillo, estoy segura- le decia alarmada.

-¡Quueee!! que estas diciendo eso no puede ser!! guarrdiasss!!- gritaba alterado y se comenzo a movilizar al igual que a su gente. cinco soldados de los mejores, su cuerpo de seguridad se quedo a su lado, por su parte el tambien estaba armado. Se resguardo en un escondite del castillo mientras desde ahi daba ordenes.

Los demas soldados comenzaron a moverse mas rapido, habia mucha seguridad, algunos ya estabann peleando con los enemigos, pues algunos no se esperaban que se dieran cuenta que ya estaban al tanto.

Levante a Lucille y le di un arma. -Ten, esto es por cualquier cosa, no porque seamos mujeres quiere decir ke nos kedemos como tontas... usala!- le dije segura de lo ke decia dandole una daga...de una coleccion ke habia tomado de mi padre.

Me vesti y consegui una espada pequeña para mi.

Algo s ehabia presipitado pero sus hombres ya habian cerrado las puertas del patio y ya no iban a entrar mas soldados al castillo. Aun asi dentro del castillo habia suficientes soldados para pelear. Antomus se prepara y abrio la puerta de golpe. El rey...su hija no estaba pero habia soldados rodeandolo y Antomus rio.
-Es tu ultima oportunidad para que te rindas o hagas la paz.- dijo Antomus.
Mis tropas rodearan tu castillo y tus soldados quedaran como ratas en frasco donde no puedan salir.- ledvirtio Antomus sin exagerar esperando a que el rey hiziera la paz.
-Piensa en tu gente y tu hija...no quieres que tu ciudad quede como Troya en la noche del caballo.- Antomus ya no bromeaba todos los hombres tenian sus espadas fuera menos el.

Mi padre estaba en su despacho cuando de pronto se abrio la puerta inesperadamente y vio frente a el a sus enemigos, sus soldados desenvainaron sus espadas.

Escuchaba lo que decia. -Maldito! no te dare la paz jamas a ti ni a nadie, con paz no se resuelve nada, no sean estupidos!- gritaba mi padre enojado desenvainando su espada tambien.

Me acerque despacio hasta donbde estaban, detras de una puerta sin que me vieran, entonces lo vi..eran los mismos del mercado..me quede mirando no sabia que hacer.

-No voy a dejar ni una sola persona en este castillo. Los mataremos a todos y al final vas a sr u mirando los cuerpos de tus hombres. Vayan por ellos.- dijo Antomus y sus hombres entraron peleando. La pelea se viea muy igualada pero ni Antomus ni el rey entrabana la pelea aun.

Entonces vi como los solados de Antomus y los de mi padre comenzaban a pelear alli dentro del despacho, la sangre se empezaba a derramar, el corazon lo tenia acelerado; seguia espiando a traves de esa puerta.

Entonces de repente un soldado enemigo me tomo del cabello y yo di un grito inesperado. -Ahhhhhhhh- grite y se escucho.

-Malditooo!!- le grite jaloneandome con el, me arrastraban hasta el despacho..el ke me tenia era Sifiero.

Sifiero: -Mira la hermosa ratita blanca que me encontre- le decia a Antomus mirando a mi padre. Mi padre se sorprendio al ver eso.

Estaba consentrado en la pelea. Todo iba bien en cuestion de minutos ese lugar seria de ellos. Se guiro al escuchar un grito y miro a Sifero con la chica.
-No la maltrates.- ordeno Antomus. -Ah...y mi rey...que tal si comenamos la amasacre con ella?- pregunto sacando una daga y llendo a ella.
-Esta noche quedara grabada en la historia en los libros. Nuestros nombres seran recordados nuestra gloria y tu...-miro a la hermosa hija del rey de cabellos dorados. - Seras con quien comiense la historia.- Antomus levanto la daga y miro al rey por si tenia algo que decir. Sifero la sujetaba bastante bien aun que ella forsegeaba.

-Dejenmeeeee son unos cobardes!!- gritaba forsejeando con Sifiero mirando la daga cerca de mi cuello.

Rey: Dejenla!! dejen a mi hijaa malditoss!! sueltenlaaa!!!!- les pedia a ellos, a pesar de que mi padre era un hombre muy duro, yo era su tesoro mas preciado; no soportaria verme sin vida.

-Hace años mi rey perdio a su esposa...ahora perdera a su hija y a su reino si no hace la paz.- la daga iba mas serca y Antomus esaba decidido hacerlo. La punta de la daga preciono un poco el cuello de la chica.

Una lagrima recorria mi mejilla sentia que me picaba el cuello la punta de la daga, cerre los ojos.

-Esta biennn malditos, ustedes ganan, pero dejenla!! dejenla!!- le gritaba tratando de agarrarla, el estaba enfurecido lo habian tomado por sorpresa, tuvo que ceder por mi.

Al escucchar al rey sonrio y separo la daga y donde antes habia estado la punta Anomus paso su mano acariciando.
-primero...el tratado de paz...Arcantos.- un joven entro con un pergamino un tarro de tinta y una pluma de ave. Sifero seguia sosteniendo a la chica.

Me limpie la cara y deje de forsejear, escuchaba lo que decian mi miraba a mi padre.

Entonces el chico con pergamino, tinta y pluma se acerco a mi padre, ya todo estaba listo y escrito ahi, mi padre los miro con desprecio tomo la pluma lento, la entinto y se dispuso a firmar. Dejo caer la pluma al suelo.

-Sueltenla ya!- ordenaba mirando a Antomus furioso.

Seguia con la mirada en mi padre, me talle el cuello en donde habia estado la daga.

Arcantos tomo el papel firmado y salio corriendo junto con un guardia. Antomus asintio y soltarona la chica.
Los miro ahi, las aguas se habian calmado. -Me alegro de que ahora nuestras naciones engan la paz. dijo Antomus y sus hombres volvian a guardaar sus espadas. Que seguia ahora ? La cortesia del rey deberia de brindarles unas habitaciones por esa noche a Antomus y a sus tres hombres mas sercanos. Pero se mantubo en silencio.

Corri hacia mi padre abrazandolo fuerte el solo correspondio mi abrazo sin dejar de mirarlos con furia. Lucille tambien habia presenciado todo desde lejos, ella si queria la paz, estaba esperando eso desde hace mucho.

-Señorita Isadora, venga conmigo voy a curarla- le decia.

-Ahora que estamos en paz, puedo ofrecerles alguna bebida y algunos aposentos si el rey me lo permite- decia Lucille.

Tarquinio la miro y luego a ellos, nego con la cabeza y camino a la salida. -Hagan lo que quieran- dijo aun molesto y subio a su habitacion encerrandose a pènsar.

Acompañe para que Lucille me curara y despues subi a mi habitacion a arreglarme.

-Vengan muchachos, siganme- les dijo Lucille a Sifero y Antomus.

ANtomus solo mio al rey y le asintio a la mujer caminando detras de ella. Era una paz hipocrita si, pero era la paz, sus hombres salieron del castillo y solo antomus y sifero se quedaron para segguir al amujer en silencio

Lucille comenzo a caminar delante de Antomus y Sifero.

-Sientense, les hare de cenar, y despues les dire donde podran dormir, si es que se quedan aqui- les decia amablemente Lucille mientras comenzaba a preparar la cena.

Mientras tanto yo me arreglaba el cabello que Sifero me habia desacomodado y me colocaba una gasa en el cuello. Me abstuve de ir con mi pade, sabia que no kerria ver a nadie en este momento se seantia derrotado completamente.

Siguieron a la señora y se sentaron esperando a que viniera. Estaba muy tranquilo.
Miraba a Sefiro y le sonrio.
-Podrias casarte con la joven princesa. dijo Sifero muy sonriente.
-No lo creo...le apnte al cuello con una daga.- dijo anomus y sonrio una risa leve despues miro a su aigo esperaando a que llegee

-Lucileeeee Lucileeeeee!!! donde estas!!- gritaba bajando las escaleras del palacio.

Lucille que estaba en la cocina con Antomus y Sifiero respondio - Por aqui señorita en la cocina- djo Lucille.

Llegue hasta la puerta de la cocina y los mire, rodee los ojos. -Te ando buscando desde hace horas, me duele la cabeza y quiero mi te- le decia enojada mirandola.

Lucielle apenada conesto: -Disculpe señorita es que preparaba la cena de...- Entonces la interrumpi: -NO me importa lo que hagas...sabes que primero estoy YO...ah y preparame nuevamente el baño, apurate- le decia en tono prepotente y luego lanze una mirada a Antomus y Sifiero ¬¬ que se reian (al parecer de mi) y comence a caminar nuevamente para subir a mi habitacion.

Estaba sentado muy sereno hasta que escucho a la nña engreda bajando. NO le caa bien prefro ignorarla y hablar con Sfero.
Sifero le contaba a Antomus cosas sobre su famila y sobre como hacia unos meses haba comenzado a entrenar a su hijo mas pequeño para alstalo en unos meses.
Escuchaba como la chca le grtaba a la señora y solo lanzo una mrada de compason a la señora y volvo a rer con Sifero por lo que habia contado de su hjo.

Lucille asintio con la cabeza y cuando se fue termino de cocinar rapido. Con mucha rapidez y agilidad comenzo a servirle la cena a sus huespedes.

Coloco los platos con una deliciosa cena casera y copas de vino. -Espero que sea de su agrado- les decia amablemente.

-Tengo ke retirarme atentere a la princesa y regresare a decirl donde podran descansar- los miraba amable Lucille mientras salia de la cocina muy a prisa para atenderme.

Mientras tanto yo estaba en mi habitación acostada en mi cama esperando a que Lucille legara y pensando en que era lo que haria con ellos y lo que ke hablaria con mi padre.

-Gracias.- dijeron ambos al mismo tempo muy tranqulos. COmenzandoa comer, la comida estaba muy rica. Se lo estaban saboreando muy tranquilos.

Despues de un momento Sifero habia termnado su comida y solo se lmpaba los dentes con un palillo. -Sifero ve al campamento y que no bajen la guarda. No confio aqui...Despues vuelves con 10 hombres y que esten a espaldas del castllo por si algo pasa.- le djo a su hombre mas fiel el cual asintio y en mismo momento salio a dar el mensaje. Antomus se habia quedado solo sentado en la cocina.

Lucile llego con mi te y me lo empece a tomar.

-Señorits Isadora, si me permite hablar..yo pienso que esos soldados realmente quieren la paz..a usted no le gustaria una ciudad tranquila y si temores? Es mas ...podrian unirse..podria hasta casarse con el Principe Antomus...harian bonita pareja- decia Lucille.

La mire y deje la taza en el buro.-Te has vuelto loca Lucille? mi padre ha gobernado solo y lo ha hecho muy bien...ellos no son nadie..y ese soldaducho no tiene pinta de principe...esta sucio quemado y feo!....ademas el Principe Arthur...ese si es un principe de verdad con el me casare en cuando vuelva- le decia levantandome de la cama y comenzando a desvestirme.

-Pronto se largaran de aqui...me encargare de que asi sea- le decia a Lucille "planeando" en mi cabeza.

Se puso de pie y tomo la botella de vino que la señora habia dejaado, solo se habia servido otra copa y un poco mas de comida volviendose a sentar acomer...mejor era cenar. El castillo estaba muy quieto eso le pareccia extraño. Igual le dio, se quedo pensando en esa caprichosa princesa. Nego con la cabeza.
Despues de unos minutos ya habai terminado pensaba que podia hacer y lo unico era esperar por la señora.

-Ayy señorita...bueno me retirare para que tome su baño...cualquier cosa qwue necesite me llama- contesto Lucille salio de ahi.

Bajo hasta la cocina y vio a Antomus. -Oh ya veo que les gusto la cena..me da gusto..donde esta su compañero...los guiare hacia sus habitaciones...- miraba a Antomus y recogia algunos platos y comida.


Mientras tanto me meti a ducharme nuevamente.

Miro a la señora y le sonrio mas amable. - Si...estubo muy rica.- le dijo. - El volvera mas tarde o puedde que no regrese. Esta bien.- le dijo y se puso de pie pera seguirla. Espero a que ella hiziera algo y la siguio.